Con la claridad a que nos tiene acostumbrados, Carlos Peña opina acerca del debate en torno a la píldora del día después. Peña afirma: "No vale la pena engañarse: el debate sobre la píldora no es ni de índole legal ni de naturaleza estrictamente médica. Se trata, sobre todo, de un debate acerca de cuál debe ser la posición que la doctrina de la Iglesia Católica tendrá en el espacio público".
En mi opinión, el proceso de secularización que ha experimentado nuestra sociedad chilena desde el siglo XIX (para no retroceder demasiado en el tiempo), ha provocado los cambios de énfasis de la Iglesia Católica conforme a los ámbitos que ésta ve amenazados. Las discusiones, durante el siglo XIX, acerca de su rol en la educación, los matrimonios y la relación con el Estado, fueron sustituidas, en el siglo XX, por el tipo de vestidos femeninos (Ej.: la tan apreciada minifalda y el bikini) y el uso de anticonceptivos, entre otros. Hoy la discusión se centra no sólo en la "moralidad" sexual y la salud reproductiva, sino en aspectos muy controversiales como el origen de la vida humana. Sin duda en temas valóricos es prácticamente imposible ponerse de acuerdo. Por lo mismo, este debate también refleja que la sociedad (cuya diversidad pugna por instalarse) está cuestionando la prerrogativa de la Iglesia Católica (y otras Iglesias) de hegemonizar la conciencia de los sujetos. Bueno, es un tema a discutir, al menos es un buen ejercicio hacerlo.
Ver artículo de Peña.