miércoles, 14 de octubre de 2009

"Las primeras elecciones sin Pinochet"...

... En estos momentos estoy en Buenos Aires, y como se acostumbra cada vez que se visita otro país, la primera conversación es con el taxista. La pregunta de rigor, que viene de vuelta luego que uno ha hecho otras tantas es: "y que tal Pinochet". Bueno, el chofer del taxi no tiene por que saber que murió hace un tiempo. Pero la pregunta me motiva a escribir esta líneas, pues en diciembre próximo tendremos la primera elección presidencial sin Augusto Pinochet. El general que marcó la política (y las personas) en Chile, ya no está. Hay dos aspectos que quiero subayar en base a este punto. El primero dice relación que por primera vez la mayoría de los candidatos presidenciales votaron "No" en el plebiscito de 1988. Sólo uno de los 4 candidatos, Marco Enríquez-Ominami, no votó en aquel plebiscito, ya que contaba con 15 años en esa fecha; pero, sin duda -imagino- habría votado "No" en aquella oportunidad. No en vano su padre fue asesinado por los agentes del régimen militar. Por tanto, por vez primera tenemos candidatos no partidarios de la continuidad del ex dictador. Esto debe ser bien extraño para la derecha chilena que se considera tributaria del gobierno militar.
Un segundo punto trata de la relación de la figura de Pinochet y la Concertación de Partidos por la Democracia. Durante el siglo XX, la estructura del sistema político chileno está marcado por una conducta coalicionista. Los partidos de izquierda y derecha han establecido alianzas con un centro móvil, que hasta la década del los 60's ejerció una función moderadora (partido Radical) y que luego de 1965 fue ocupado por un centro rígido (Democracia Cristiana) que propició lapolarización del sistema hacia 1970. Han habido coaliciones desde fines del XIX en Chile. Por mencionar algunas: la Coalición Conservadora, la Alianza Liberal, el Frente Popular, el FRAP, la Unidad Popular, y las conocidas Concertación de Partidos por la Democracia y la Coalición por el Cambio (creada recientemente por la candidatura del derechista Sebastián Piñera y que es la extensión de la antigua Alianza por Chile).
Un punto en común es que las distintas coaliciones generalmente se forman para aunar fuerzas contra un "contendor" en común. No olvidemos que el Frente Popular surgió como respuesta a la directriz emanada por el Partido Comunista soviético para hacer frente a los avances del fascismo, tanto en Europa como en América. Para nuestro caso, la Concertación de Partidos por la Democracia emergió como un bloque opositor a la dictadura de Augusto Pinochet. El asunto es que las coaliciones tienen una condición "sine qua non": subordinar sus interes propios y postulados discrepantes en pro de la unidad de la coalición, al menos hasta que no exista o se debilite la "amenaza" común.
Ahora que ya no está Pinochet, ¿la Coalición de Partidos por la Democracia sufrirá alguna variación como sistema de partidos? Alguien podría argumentar, rápidamente, que el norte de este conglomerado político no era sólo la figura del ex general; pero, en la práctica, la ausencia de su figura necesariamente lleva a modificar los discursos legitimadores de su existencia. No es de extrañar, entonces, el espectáculo que estamos viendo: primarias "deficitarias" (por usar un eufemismo); candidatos del mismo sector en disputa (3 de los 4); escisión de líderes y grupos concertacionistas; parlamentarios "díscolos" -cuando no renuncian derechamente a la coalición que los llevó a aquella posición-, entre otros aspectos.
Las primeras elecciones sin Pinochet requieren de una mirada novedosa a la realidad nacional, por parte de las Coaliciones... todas. Esperemos que nuestra clase política ,y la sociedad en general, estén a la altura de los requerimientos de los tiempos.
Ver artículo realativo a lo dicho

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